INJUSTICIA
Por: Jose R. Nuñez Corona
Muchos hemos pronunciado esta frase: el mundo está lleno de injusticia. Hay injusticia de clases sociales, también raciales, injusticia contra el proletariado, también de los gobernantes, injusticia de los legisladores, y de los jueces que deberían bien administrar justicia.
Todos cometemos injusticias defendiendo nuestros intereses, y nos creemos muy justo cuando cumplimos con nuestros deberes, procuramos justicia solo a nuestro favor, y no nos importa la injusticia que abunda a nuestro alrededor.
La injusticia más grande es creernos ser justos, como la justicia más perversa es la que se compra y se vende. Pero la injusticia y la justicia no son nada en si sola, somos nosotros los seres humanos que hacemos la diferencia.
Hay injusticia en los continentes, injusticia en las naciones, injusticia en las ciudades, en las calles, en los callejones, injusticia en los hogares, y en cada rincón, injusticia en la familia.
Los llamados feminicidios es la expresión máxima de la injusticia, que daña a la familia, se perjudica al colectivo, que enluta a la sociedad y ensucia a la humanidad.
No se erradica castigando a los adultos que a diario los comenten, sino educando a los niños que se alimentan de la contabilidad que se llevan de cada caso, y de la publicidad invasiva de los sucesos en los medios de comunicación. Como si eso ayudara en algo, de lo contrario (la publicidad es para vender mas), mientra mas se publiciten mas casos tendremos, independiente de los demás factores.
El tema general del feminicidio no es el acto en sí, (un hombre mató a una mujer) esta problemática va más allá que el acto, es la culminación de una secuencia de violencia que la mayoría de los casos trae consigo años de maltratos y abuso contra el género femenino y que luego termina en el homicidio.
Al pasar de los años y tras profundizar y recalcar muchas veces el tema, no se ha visto mejoría, al contrario solo aumentan los casos, como si al publicar en los periódicos y en los noticiarios el número de casos incentiva y da permiso al hombre de seguir asesinando, este show mediático a servido de estimulante para que el hombre satisfaga su ego machista y se crea superior.
Cada vez que se toca el tema hablan de castigar al culpable, pero, con quien pondrá el ejemplo si en la mayoría de los casos el homicida al finalizar su cometido se suicida.
El feminicidio es un tema altamente delicado y preocupante, no se trata solo de dos personas fallecidas, también arrastra consigo la destrucción de familias, tanto de parte de la victima como el victimario, una rotura de un núcleo familiar muy difícil de superar, incluyendo el sufrimiento de niños que perdieron uno de sus padres o ambos en gran parte de los casos.
Si no podemos castigar entonces, ¿Cómo vamos a erradicar este mal? desde mi perspectiva la posible solución de terminar con un hombre machista es educar a un niño totalmente diferente a cómo se ha ido haciendo.
Es normal en nuestra cultura que algo que practique el hombre esté bien y es aceptado, pero si lo realiza una mujer es despreciable y castigado, y es que la misma mujer participa en dicha crítica, utilizando juicios machistas.
Si las mujeres utilizan métodos machistas y estás son educadoras iniciales en el hogar, por otra parte los niños crecen viendo la pura y viva imagen del machismo y egoísmo hecho realidad en su padre, pues dudo mucho que se termine el ego masculino del hombre y el pensar de que sólo el tiene derecho y es dueño.
¿Por qué el educar a un niño puede ser una solución?
En la Biblia aparecen en sus pasajes varios versículos que hablan sobre la corrección temprana de nuestros hijos, como garantía de formar un buen hombre.
Un ejemplo de ello es el versículo 29:17 de Proverbios que dice: “corrige a tu hijo y te dará descanso, y alegría a tu alma”.
O el versículo 22:15 también de Proverbios que dice: “la necedad está ligada al corazón del niño, la vara de la disciplina la alejará de él”.
Entonces, ¿no sería una opción fiable el educar y corregir temprano al niño?
Para obtener resultados diferentes, se debe utilizar métodos distintos, creo que una de las mejores opciones sería educar para la paz como dijo una vez María Montessori en uno de sus discursos, y mucho mejor si es regido por las enseñanzas y mandamientos de nuestro señor Jesucristo.
Gálatas 3:28 Nueva Versión Internacional (NVI)
Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús
Colaboración especial de Krystal Nuñez M. (Estudiante de Comunicación social)