Pacto de reivindicación

Pacto de reivindicación

Por: Jesús M. Guerrero

“Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de burla.” Demócrates

Iniciando la semana, el candidato a la Alcaldía del Distrito Nacional por el otrora partido del pueblo, PRD, Hugo Beras renunció a sus aspiraciones por entender que no podía ser indiferente ni continuar junta a la figura política con más rechazo en la actualidad y dio un paso trascendental en su novel carrera política y demostrando nuevamente la veracidad de la lapidaria frase de Marco Tulio Cicerón, cito: “En las horas de peligro es cuando la patria conoce el quilate de sus hijos.”

Sin importar preferencias políticas es admirable la firmeza de Hugo Beras al apostar a su generación y sobre todo decirle no al pasado. Es un hecho notorio la buena valoración de Beras al marcar entre 5% y 10%, en las encuestas siendo candidato por un partido político totalmente destruido y la única crítica que recibía su proyecto era su cercanía a MVM.

Cabe resaltar que es un gran paso de avance en las prácticas del ejercicio político que al momento de firmar este pacto fue un punto clave asumir las propuestas municipales del proyecto de Beras y no como tradicionalmente se ha hecho en la política cavernaria, de pactar como si los cargos públicos fuesen botín de guerra.

Mientras Hugo Beras firmaba un pacto de reivindicación política, al mismo tiempo, también se firmaba un pacto en otro local del Distrito Nacional un pacto de traidores entre MVM y Domingo Contreras donde el PRD se sometió a un proceso de eutanasia electoral en el Distrito Nacional, la plaza política más emblemática del país. Dos de los políticos con las más altas tasas de rechazo producto de que cada uno por acciones iguales en distintos procesos llevan el epitafio de traidores.

El PRD probablemente se aproxima a un segundo proceso electoral consecutivo sin posibilidades de ganar una diputación en el Distrito Nacional y ahora con el agravante de no tener ni una candidatura a regidor lo más raro de todo por decisión propia de MVM, un soberano absurdo al preferir perder la casilla para los comicios municipales. Tal cual, un botín de guerra la condición para el retiro de las 37 candidaturas a regidores es una garantía de puestos en el cabildo capitaleño.

Mientras la diferencia de criterios en ambos pactos es evidente y se pueden catalogar ambos con tanta incompatibilidad entre sí, el pacto de la reivindicación política se fundamenta en planes de ciudad y el otro penosamente es un negocio más de los tantos hechos con el PRD, S.R.L.

Un partido sin candidatos a diputados que puedan ganar, su candidato a alcalde se alejó de la figura política peor valorada y ahora no tienen ni un candidato a regidor en el Distrito Nacional; no queda otra cosa que desearle un requiescat in pace, al verdugo del partido del pueblo y de la libertad, el comerciante más exitoso de la política dominicana y quien inició el proceso de degradación que destruyó el sistema de partidos políticos.

No parecía posible que la situación del PRD pudiese empeorar, pero en el escenario actual con miras a los comicios del 2020. El PLD no podrá cargar con las siglas del PRD e inyectarles votos como hicieron en las elecciones del 2016, MVM no saldrá airoso del juicio de la historia por secuestrar una organización política que tenía 40% del electorado y la redujo si acaso a un miserable 2%. Un partido pequeño para grandes negocios, ahora con la imposibilidad de participar en la contienda electoral municipal en la capital, la posibilidad de llegar al 5% del 2016 parece una misión imposible.

Lo lógico sería que el PRD deseche el eslogan de que ahora deciden ellos, con todo y el ardid bastante cuestionable para agenciarse la casilla 3 en la boleta electoral con esperanzas imaginarias de retener el patético 5%, cosa que es bastante difícil cuando vemos que las actas de su convención celebrada para elegir los candidatos a regidores, el más votado obtuvo la ridícula cantidad de 72 votos.

Parecería ser que MVM como si fuese el Dr. Jack Kevorkian conocido como el Dr. Muerte, le practico al PRD un proceso de eutanasia y se aseguró de reducirlo aún más.

Luego de los comicios del 2012 fue el obituario político de MVM, ahora presenciamos la sepultura pública del Partido Revolucionario Dominicano. Un partido donde sus figuras potables son cuestionadas por el simple hecho de militar en esa organización y casi condenadas al ostracismo político de parte de la ciudadanía, no tiene razón de existir políticamente ni nada que aportar a la ciencia de las transformaciones sociales que es la política.

La línea comunicacional del PRD es tan penosa como el papel electoral que vienen desempeñando en el escenario político nacional, pero evidencia lo contundente del golpe que ha propinado Hugo Beras al dar un giro de 180 grados a las elecciones municipales y eliminar cualquier oportunidad del candidato del partido de gobierno.

Creo prudente concluir con la siguiente frase de Gregorio Luperón, cito: “El que pretende acabar con la revolución matando a los revolucionarios, es como el que piensa que puede apagar la luz del sol sacándose los ojos.”

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