VIOLENCIA COLECTIVA POST-PANDEMIA: UN FENÓMENO QUE CRECE SIN CONTROL EN NUESTRA SOCIEDAD
Por: Pedro Morales comunicador y consultor en marketing digital, economía digital e inteligencia artificial
La violencia colectiva entendida como cualquier violencia física, sexual o psicológica cometida por grupos de individuos o por Estados. Existen diferentes formas de violencia colectiva tales como conflictos armados, terrorismo y exclusión, discriminación o racismo y estás además las podemos subdividir en violencia social, política o económica.
En lo que se refiere a la era post-pandemia, el COVID-19 no solo ha tenido un impacto devastador en la salud pública, sino que también ha suscitado preocupaciones sobre el aumento de la violencia colectiva en el mundo. A medida que las restricciones se fueron relajando y las sociedades buscaban recuperar una cierta normalidad, surgió la inquietud de que los desafíos socioeconómicos y las tensiones acumuladas puedan desencadenar episodios de violencia a gran escala, como hemos podido ver en los últimos meses en diferentes lugares del mundo, de manera muy significativa algunos sucesos ocurridos en Francia y Haití o los eventos de violencia colectiva post elecciones que se sucedieron en Brasil.
La crisis económica resultante de la pandemia ha dejado a muchas personas en situaciones de vulnerabilidad, lo que puede contribuir al surgimiento de conflictos y disturbios. La pérdida de empleos, la disminución de ingresos y la falta de acceso a servicios básicos pueden alimentar el descontento y la frustración en comunidades ya marginadas. La competencia por recursos limitados y la sensación de desigualdad podrían exacerbar las tensiones existentes y conducir a brotes de violencia en diversos contextos.
Además, la pandemia ha tenido un impacto significativo en la salud mental y el bienestar emocional de las personas. El aislamiento social, el miedo a la enfermedad y las preocupaciones económicas pueden generar estrés y ansiedad generalizados. Estas tensiones emocionales pueden manifestarse en formas de agresión y violencia colectiva, ya que las personas buscan desahogar sus frustraciones o buscar un sentido de empoderamiento en medio de la incertidumbre.
No podemos tapar el sol con un dedo y como sociedad debemos de entender que los patrones de violencia social han cambiado y hasta este momento la violencia colectiva generada tras la pandemia ha aumentado en muchos puntos porcentuales y hasta el momento le está ganando la guerra a la sociedad y a los gobiernos que por ahora no han encontrado el hilo conductor para evitar sucesos tales como que un grupo de inmigrantes marroquíes obligan a un chico belga a arrodillarse y besarles los pies
Para prevenir y abordar el aumento de la violencia colectiva después de la pandemia, es esencial adoptar enfoques holísticos que aborden tanto los factores socioeconómicos como los problemas de salud mental. La inversión en programas de apoyo comunitario, el fortalecimiento de redes de seguridad social y la promoción del diálogo intersectorial pueden desempeñar un papel crucial en la prevención de la violencia. Asimismo, el acceso a servicios de salud mental y la educación en resolución de conflictos pueden ser herramientas valiosas para canalizar las tensiones de manera constructiva y evitar episodios de violencia a gran escala en el período post-pandémico.